Un Beso en París,Stephanie Perkins

Una de las cosas que más me gustan de las novelas románticas rosa es que son tan simples y lindas que nos hacen emocionarnos con nada.

Debo admitir que nunca había leído a Stephanie Perkins, pero había escuchado hablar mucho de su primer libro “Anna and the French Kiss” y en varios grupos de bibliófilos en los que estoy me recomendaron leerlo si me gustaban las historias simples pero hermosas.

Sin pensarlo dos veces comencé a leerlo y debo decir que al principio me pareció como cualquier otro libro juvenil de temática simple y sobre todo predecible. Desde el momento en que Anna conoce a St. Clair, supe que habría algo entre ellos al final (¿tal vez un beso? 😂) pero me sorprendió lo fácil y rápido que sus páginas me atraparon.

Disfruté demasiado ver todo el trajín que era Anna, me encantó presenciar la manera nerviosa en la que se comportaba alrededor de St. Clair todo el tiempo y amé mucho más todas las aventuras que tuvieron juntos. Luego, esto me puso a pensar una teoría bastante curiosa que mantengo hasta el momento. ¿Y si la autora lo hizo a propósito? Es probablemente mi especulación con más sentido.

El libro te dice todo al inicio para que esperes con ansias el final, lo cual me parece fantástico y una táctica muy bien pensada.

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Nathalia Cz, Instagram @readin.blog

Otra cosa que disfruté mucho durante toda la lectura fue la manera tan sencilla y linda en que la autora nos presenta el amor juvenil, y qué mejor escenario que París.

Francia es uno de mis países favoritos, y París tal vez una de las ciudades más bellas (a mi parecer) y el hecho de que este libro tenga como eje central la ciudad de las luces hizo que lo amara un poquito más.

Con respecto a los personajes, me parecieron lo suficientemente adecuados. Unas de las cosas que me encantaron fue el hecho de la diferencia de edad dentro del mismo grupo de amigos. El hecho de que Josh sea menor que Rashmi y que Ellie sea mayor que St. Clair, deja a un lado el estereotipo de “Los Chicos deben de salir solo con chicas de su edad o menores que él” y también las pequeñas pero significativas características de los personajes. La altura de St. Clair, su acento, su desorden de nacionalidades… todo lo que lo hace un personaje único que te enamora desde el primer momento.

Perkins supo recrear una relación perfecta a base de cosas sumamente cotidianas, amistad, celos, amor, timidez, miedo. Sentimientos y sensaciones por los que todos hemos pasado y entendemos.

Creo que, el hecho de saber que habría algo entre ellos desde el principio nos da el empujón para querer saber lo que no sabemos… el cómo. Ellie está en medio, Anna sigue pensando en Toph y Meredith está al lado de una pared de papel, esperando. El remolino de pensamientos, además de los problemas familiares de St. Clair, hace que toda la travesía sea de todo menos aburrida.

Y sí. Al terminar el libro, se siente esa sensación de vacío que todos los lectores odiamos a muerte y terminamos pensado:

¡¿Dónde puedo conseguir un Étienne St. Clair para mí?!

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10/10

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