Desde que leí La Selección, quedé eganchadísima con la historia de America Singer, ahora en la segunda entrega, Kiera Cass nos presenta a una America un poco más confundida, su estatus de Cinco ha quedado atrás y ahora es parte de La Élite, las ultimas seis chicas aún en competencia por el corazón del príncipe Maxon y la corona de Iléa. America ahora por decreto es una Tres, y de ser eliminada tendría que vivir tal, dejando atrás su pasado en Carolina y a su familia de artistas, pero dentro de palacio está la única persona que aún le recuerda a casa, Aspen.
En La Selección, prácticamente todos odiábamos un poco a Aspen por haber dejado a America semanas antes de que empezara el concurso, pero cuando Aspen es sorteado para ser parte del ejército, es enviado a Ángeles como guardia real, en donde incluso es enviado a ser el guardia de America. Aunque la relación de él y America se ve rota, todos pensamos que ella realmente se definiría después de como le rompió el corazón, pero no, la presencia de Aspen cala tanto en ella, que se ve envuelta en un triángulo amoroso no deseado, por un lado tiene la familiaridad de Aspen, con sus notas secretas y visitas clandestinas, y luego al otro extremo, está Maxon, con su romanticismo e increíble consideración. America sabe que la decisión que tome cambiará su vida por completo. Si elige a Aspen, podría incluso llegar a ser una Dos, tener una vida estable, tranquila y sin muchas complicaciones, pero si elige al príncipe, no solo sería su corazón lo que gane, sino también un país al cual gobernar.

Durante La Élite, America se la pasa cuestionándose absolutamente todo, y la presión de la selección comienza a carcomerla, las tareas comienzan a ser más duras, más desafiantes y es entonces cuando se pregunta si será buena o no para el cargo, eso y además de que el pueblo parece tener otras favoritas. Nathalie, Elise, Celeste y Kriss, continúan compitiendo fuertemente, algunas por Maxon específicamente y otras por la corona, pero compiten con igual fuerza. Maxon a expresado sus sentimientos por America, está claro de que de ser todo más sencillo, él la hubiese elegido sin pensar y hubiese acabado con todo de inmediato, pero la incertidumbre de America lo obliga a buscar una segunda opción, un plan B en caso de que America decida dejarlo y él lo permitiría sin pensarlo. Esto a su vez, ha logrado sacar la espina de celos dentro de America, pero es entonces donde nos preguntamos, ¿no quieres estar con ninguno pero tampoco estar sin ellos? Esto se hace un poco tedioso, se siente como si America estuviese engañando a ambos chicos al mismo tiempo, aunque Aspen conoce el caos sentimental que America es, Maxon no tiene idea de que el misterioso Ex del que America le ha hablado desde el día en que se conocieron, está más cerca de lo que él cree.
Además del drama amoroso, se desarrollan otras dos historias dentro de La Élite, los rebeldes están atacando cada vez más y de una forma mucho más letal, y el rey comienza a medir a Maxon en tareas casi imposibles, solo para verlo fracasar. Maxon sabe que su padre tendrá que retirarse para que el ascienda al trono, pero sabe también que él nunca dejará de tirar de los cables, por lo que cuando America hace un escándalo en el Report, Clarkson exige que ella quede eliminada, pero Maxon la defiende y le planta cara a su padre por primera vez. Sabemos que en el tercer libro, La Elegida, America tendrá que decidirse finalmente por cuál camino tomar, pero ahora tendrá que preocuparse no solo por Maxon y Aspen, sino también por el rey, y los rebeldes que parecen nunca rendirse.
En si, me ha gustado mucho este libro, siento que es una buena continuación y aún así te deja pidiendo más, me parece que tiene su buena cantidad de drama y misterio, y no puedo esperar a comenzar la tercera entrega.