La primera vez que supe de Crepúsculo tenía doce años, fue por allá del año 2008 cuando estaba en sexto grado y una compañera de clase tenía un libro negro con una manzana roja en la portada y me pareció curioso. Le pregunté sobre qué trataba con la idea de que, según la imagen que tenía en frente, podría tratarse de brujas o cosas paranormales, tenía un aire oscuro que me llamaba la atención y cuando me dijo que era sobre vampiros, supe que no estaba tan perdida.
En mi cabeza, la idea de un vampiro se reducía a Drácula, o la imagen de vampiros tradicionales que salían en las películas o en los libros de Anne Rice, por supuesto fue una completa sorpresa cuando, exactamente un año después, mi mamá me regaló el libro en mi cumpleaños número 13.
Desde entonces la saga Crepúsculo, ha sido muy especial para mi, podría decirse que, además de Harry Potter, fue la primera saga de libros que me atrapó incluso haciéndome formar parte de un fandom en donde me di cuenta de que muchas personas también parecían completamente atrapadas por la historia de Bella y Edward.
Bella es una chica humana con problemas familiares clásicos, sus padres están divorciados y su madre se ha vuelto a casar, su nuevo esposo es un jugador de béisbol aficionado, y ella se siente culpable de que su madre no pase suficiente tiempo con él en sus viajes por cuidarla, por lo que decide irse de su casa en Arizona y mudarse a Forks, un pueblito escondido entre los bosques de Washington en donde el sol sale básicamente dos o tres veces al año.
Aquí, se reencuentra con un viejo amigo de la infancia, Jacob, quien es un Quileute. Los Quileutes son una tribu de nativos americanos que viven en una reserva en La Push, cerca Forks, por lo tanto, esto entristece a Bella ya que sus esperanzas de al menos conocer a una persona en su nueva escuela se desmoronan, debido a que los Quileutes acuden a la escuela dentro de la reserva.
En su primer día de clases en la secundaria de Forks, sus esperanzas por pasar desapercibida se acaban cuando conoce a Mike, Erick y Tyler, tres adolescentes que parecen demasiado entusiasmados con su llegada, y además de eso, también conoce a Jessica, quien fue su primera “amiga” aunque Jess, como solía decirle Bella, no era mala con ella, nunca le agradó en un cien por ciento ya que tenia mucha envidia de ella por robarse la atención de todos.
Durante el transcurso del día, Bella se junta con el resto de sus nuevos amigos en la cafetería, y es entonces cuando conoce a los Cullen, cinco hermanos de lo más particulares que la cautivan casi al instante.
“—Son Edward y Emmett Cullen, y Rosalie y Jasper Hale. La que se acaba de marchar se llama Alice Cullen; todos viven con el doctor Cullen y su esposa.
—Son… guapos —me costó encontrar un termino mesurado.”
Fragmento de: Stephenie Meyer. “Crepúsculo”.

Jessica se burla internamente de Bella, ella sabe que los Cullen son completamente inalcanzables.
— ¡Ya te digo! —Jessica asintió mientras soltaba otra risita tonta —. Pero están juntos. Me refiero a Emmett y Rosalie, y a Jasper y Alice, y viven juntos.”
Fragmento de: Stephenie Meyer. “Crepúsculo”.
Jessica le explica que son los hijos adoptivos del Doctor Carlisle Cullen y su esposa y que lo más extraño de ellos no es precisamente su increíble atractivo, sino que son pareja entre ellos mismos.
“—… el doctor Cullen es muy joven, tendrá entre veinte y muchos y treinta y pocos. Todos son adoptados. Los Hale, los rubios, son hermanos gemelos, y los Cullen son su familia de acogida.
—Parecen un poco mayores para estar con una familia de acogida.
—Ahora sí, Jasper y Rosalie tienen dieciocho años, pero han vivido con la señora Cullen desde los ocho. Es su tía o algo parecido.”
Fragmento de: Stephenie Meyer. “Crepúsculo”.
Entre toda su conversación ella parece interesarse en uno de los hermanos, Edward, pero Jessica le dice que no pierda su tiempo con él, ya que Edward no parce interesado en ninguna chica del instituto y que nunca sale con nadie. Todo empieza realmente cuando Bella llega a su clase de Biología y le toca sentarse junto a él, quien parece bastante molesto por su mera presencia e incluso asqueado. Es entonces cuando comienza la batalla entre ambos, con miradas de odio y misterio que se transformarán en una obsesión completa tanto para Bella como para Edward… hasta que él desaparece por semanas, y cuando vuelve a aparecer, Bella sufre un accidente que podría revelar el mayor secreto que guarda no solo Edward sino toda su familia.
Son vampiros.
Cuando leí este libro la primera vez, tenía trece años, eso quiere decir que me impresionaba bastante con este tipo de historias, pero ahora, muchos años después que lo he vuelto a leer, me doy cuenta de que este libro en particular tiene pequeños temas escondidos que a esa edad jamás hubiese captado.
La obsesión
Es bastante obvio que Bella está sumamente obsesionada con Edward, de hecho, él mismo se lo dice cuando se están conociendo.
—Soy el mejor depredador del mundo, ¿no es cierto? Todo cuanto me rodea te invita a venir a mí: la voz, el rostro, incluso mi olor: ¡Como si los necesitase!
Fragmento de: Stephenie Meyer. «Crepúsculo».
Bella se obsesiona con la idea de Edward y los Cullen desde que los ve por primera vez, ella quiere saber más de ellos, tanto que busca el libro de las leyendas Quileutes e investiga todas las características que ha estado observando en él, hasta que da con la verdad, y lo enfrenta.
Podría decirse que es amor, si, pero me parece que todo surgió tan rápido y de la nada, que me cuesta creer en esa posibilidad. Además, por parte de Edward, él al principio tenía total intención de matarla, pero ese deseo se opacó cuando se dio cuenta de que no podía vivir sin ella, literalmente hablando, la necesitaba estaba completamente obsesionado con ella que incluso le asegura que ella es su marca personal de heroína, y le explica el tema usando la analogía de un alcohólico encerrado en una habitación llega de el mejor brandy añejo del mundo.
O sea, que si Bella no le causara tanta sed o se mera presencia no lo volviese loco, ¿la ignoraría? Posiblemente.
El romance
Podría decirse que hay mucho de esto, pero algo muy particular que posiblemente dejé pasar la primera vez que leí este libro es que Edward está congelado. Literalmente, su desarrollo se estancó en el de un adolescente de diecisiete años, aunque su conocimiento y experiencia sea el de alguien de más de cien años. Eso quiere decir, que cuando se enamora, lo hace de verdad, y lo hace para toda la vida. Él lo define como encontrar a su alma gemela (literalmente hablando). Bella por otro lado no puede evitar pensar que alguien con la cara de Edward quiera estar con ella, una chica torpe y tímida, teniendo miles de opciones mejores. ¡Por supuesto que no lo va a dejar! Podría decirse que el único realmente enamorado aquí es Edward, o eso me parece.
Algo interesante sobre toda esta historia es que te deja con ganas de más. Si se es fanático del género juvenil por supuesto, porque de lo contrario, lo dejarías de leer a mitad de camino y lo encontrarías hasta absurdo en más de una ocasión.
Honestamente, a mis trece años le hubiese dado un 10 de 10 a este libro, lo defendería a capa y espada, y hasta podría darles razones del porqué había que ser parte del #TeamEdward y no del #TeamJacob (de esto hablamos en próximas reseñas jaja). Ahora, creo que este libro en términos generales es un fuerte 8 de 10, no es una obra maestra, pero tampoco es un mal libro, es extraño porque simplemente no es para todos.
Cumple la función que un buen libro de ficción debe de tener: entretiene y pasas un buen rato.

8/10